28 noviembre 2007

Kasparov, detenido por protestar

1985 fue un año especial. Conocí a mi esposa, fue el año de la divertida "Back to the Future" y Kasparov se proclamó el campeón mundial más joven de la historia del Ajedrez frente a Karpov.

Como aficionado al Ajedrez, tuve la ocurrencia de llamar a mi primer hijo Gary (Cosas de la juventud). Siempre fui ferviente seguidor de las partidas de Kasparov. Si lo miran bien, distinguirán sus raíces israelitas (su padre era judío).

En el año 1997, Garry Kasparov se enfrentó a Deep Blue, la computadora de IBM capaz de realizar 1 millón de jugadas por segundo. Poco después una repotenciada Deep Blue gana a Kasparov. Sus nuevas características: super-computadora de 64 procesadores, peso de 600 kilos y capaz de analizar dos millones de jugadas por segundo.

Preocupado por la situación actual de Rusia. Kasparov ha pasado al ruedo político. "Es necesario recuperar la democracia en Rusia" ha dicho insistentemente.

Acusado por dirigir una manifestación no aprobada por el gobierno, ha sido condenado a 5 días de prisión, incomunicado.

Kasparov se ha convertido en el principal rival de Putin, a quien acusa de corrupción. El régimen de Putin no goza de las mejores referencias. Ya mencionaba en post anteriores el asesinato de la periodista Politkovskaia y el envenenamiento del ex-espia ruso Litvinenko, muertos presumiblemente por investigar casos de corrupción en el gobierno ruso.

Link: Kasparov condenado a prisión (BBC)

23 noviembre 2007

Felicidades Karla!

Una de las maravillas de Internet es la posibilidad de compartir con personas que, aunque lejanas geográficamente, las sentimos tan cerca como nuestro teclado o monitor.
No podía dejar de pasar por alto mis felicitaciones a una querida amiga: Karla, joven blogger chilena que escribe en "Piensa sin Límites". Hoy debe estar festejando su gala de graduación en educación secundaria, su primer paso a la Universidad.Desde Venezuela con mucho cariño, Karla. Sigue adelante, siempre acordándote de tu Creador en tus días de juventud (y más allá ;D). Tienes toda una vida por delante. Dios es suficiente. ¡Felicitaciones!

22 noviembre 2007

Quiero y no Quiero (R. Gondim)

Leer esta reflexión de Gondim fue algo gratificante. En parte experimenté esa extraña sensación de ser desnudado; como cuando mi esposa - en ciertas ocasiones - descubre exactamente en qué estoy pensando, quizá producto de más de 20 años de confidencialidades. Creo que merece una cita completa...
Gracias Gondim, Gracias Gabriel Ñanco por la traducción

Quiero y no Quiero

Quiero anunciar el mensaje cristiano considerando siempre su contexto histórico, no menospreciando la secuencia del relato leído, y sólo haciendo aplicaciones responsables.

No quiero oír, aprobar, o estar de acuerdo con predicaciones temáticas en donde el texto bíblico es apenas utilizado como pretexto para hacer afirmaciones irresponsables de bendiciones, portentos y milagros.

Quiero estar siempre abierto al soplo del Espíritu. Él puede visitar mi vida, familia, iglesia y nación como lo desee. Reconozco que las intervenciones de Dios suceden de acuerdo a su discreción. Él puede tanto entrometerse en el transcurso de la historia, como lo hizo en algunas circunstancias, como puede mantenerse escondido y en silencio, como prefirió en otras.

No quiero manipulaciones de lo sagrado para demostrar la presencia de Dios. No quiero intentar “ajustar” los actos divinos a las expectativas de auditorios ávidos por señales venidas del cielo. Si Dios prefiere que mi fe se base apenas en el testimonio de hombres y mujeres del pasado, me quedo satisfecho, sin exigir ninguna manifestación sobrenatural.

Quiero ver a la iglesia actuando mejor en la política. Entiendo que es el deber de toda religión la defensa de la justicia. Quiero que se abogue por los pobres (representados por huérfanos y viudas), se asuman posturas sobre los sutiles engranajes de la muerte, y se sepa discernir el peligro del “mundo”. Quiero ver a la iglesia haciendo Política (así mismo, con “P” mayúscula).

No quiero participar de campañas de candidatos “oficiales” de ninguna institución. No tolero que algunos pastores todavía piensen que las iglesias necesitan de representantes electos. No quiero tener “muchachos de los mandados” en las cámaras y las asambleas. No quiero hacer política (con “p” minúscula). No quiero disputar por el poder.

Quiero andar el largo camino del discipulado, ayudando a hombres y mujeres a forjar sus vidas siguiendo los pasos de Jesús. Quiero fundar mi predicación en los principios bíblicos que integran a las personas. Deseo profundizar mi percepción acerca de la manera en que el Evangelio orienta la vida en la tierra. Quiero ver a los cristianos experimentando una bella calidad de vida aquí, antes de partir hacia el cielo.

No quiero buscar atajos para la madurez. No quiero formulas fáciles para nada. No quiero paquetes venidos del exterior que, bajo la pretendida fama de ser “principios transferibles”, lograrán mágicamente resolver los problemas conyugales, las enfermedades y las disfunciones familiares. No quiero una espiritualidad disgregadora, que no tiene pie sobre la tierra. No quiero respuestas piadosas a las angustias humanas y no quiero que las personas esperen por el paraíso para comenzar a vivir.

Quiero caminar con gente que reconozca sus defectos, sepa conversar sin espiritualizar y demonizar los asuntos abordados y me permitan reír y llorar. Quiero ser amigo de los que lloran el dolor del mundo porque notan en él su propio mundo de dolor.

No quiero andar con religiosos que gusten de frases hechas. No quiero vivir con quien se esconde del sufrimiento humano con muletillas teológicas. No quiero más estar en ambientes y reuniones que no desborden para la vida.

Quiero ser amigo de Dios y de hombres y mujeres que aman la paz. Quiero ser más simple de lo que soy, quiero ser más sensible de lo que puedo lograr, quiero ser menos codicioso de lo que siempre fui. Quiero vencer la vanidad que alimenté en falsos espejos.

No quiero perder mi alma en nombre de la religión. No quiero dejar ir por la alcantarilla los pocos años que aún me quedan. No quiero un día lamentar haber perdido la vida queriendo encontrarla.